domingo, 18 de agosto de 2013

Ese ángel

- Cuenta una antigua Leyenda que un niño, próximo a nacer, le dijo a Dios:
- Me vas a enviar mañana a la Tierra, pero.. Cómo viviré allá, siendo tan pequeño y débil?
- Entre los muchos ángeles escogí a uno que te espera allá.
Contestó Dios.
- Pero aquí en el Cielo soy muy feliz. Podré cantar, bailar, jugar y sonreir allá?
- Ese ángel te cantará y sonreirá todos los días. Y te sentirás muy feliz con sus canciones y sonrisas.
- Y cómo entenderé cuando me hablen, si no conozco el extraño idioma de los hombres?
- Ese ángel te hablará y te enseñará las palabras más dulces y más tiernas que pueda escuchar un humano.
- Qué haré cuando quiera hablar contigo, mi Dios?
- Ese ángel juntará tus pequeñas manos y te enseñará a orar.
- He oído que en la tierra hay hombres malos y sin amor. Quién me defenderá?
- Ese ángel te defenderá, aunque le cueste la vida.
- Pero estaré muy triste porque no te veré mas!. Señor, sin verte, me sentiré muy solo.
- Ese ángel te hablará de mí y te mostrará el camino para volver a mi presencia, le dijo Dios.
- En ese instante, una inmensa paz reinaba en el cielo y el niño le pidió al Señor:
- Dime su nombre, oh buen Dios!
- y el Señor le contestó dulcemente:
- Ese ángel se llama "Mamá"!


Valoración:***

A

Te regalo un cuento

Te regalo un cuento. Podía haber sido un paseo por el parque o una canción a medio hacer. Una carta de amor, un capuccino en tu plaza favorita o un truco de magia sin ensayar apenitas. Pero no. Quería que fuera un cuento. No para después de hacer el amor ni para que nos echemos de menos. No para que suene el Adaggieto de la quinta de Mahler, ni nada por el estilo.

Te regalo un cuento para que puedas hacerlo tuyo dibujándole una narizota, para que lo compartas con tu vecina de escalera o con tu gato. Para que elijas la banda sonora que te apetece que suene de fondo mientras lo lees.

Yo tengo mis canciones para escribirte. Tu las tuyas para leerme. 

Te regalo un cuento para que puedas llevarlo contigo, dobladito en el bolso, o entre las páginas de un libro de Benedetti. Para que cuando te enfades conmigo puedas estrujarlo y hacer con él una pelota de papel, arrojarlo por la ventana y mirar complacida cómo lo atropella un autobús. Para que lo fotocopies mil veces y le entregues una copia a quien más te apetezca. Para que envuelvas con él una manzana o para colgarlo en tu pared. Para que le claves alfileres los días en los que me matarías. O para apuntar encima del título el teléfono de tu banco.

Te regalo un cuento improvisado. De esos que empiezas a escribir sin pensar y que no sabes cuándo acaban. Te regalo esta noche y todas las demás. Te ofrezco mi sonrisa non stop, sin conservantes ni colorantes. Aún a riesgo de poder ser acusado de alevosía y nocturnidad, y aunque puedan encontrarse muchos más agravantes.

Te dejo abierta la ventana para que te cueles, para que me espíes ésta noche. Para que me veas sin que te vea. Para que me cuides un poco sin que yo lo sepa. 

Te regalo una idea. El concepto más hermoso de complicidad, un escenario vacío en el que buscar la manera de encontrarse. Te regalo un cuento que habla de amigos y de sueños, de noches de verano pegajosas, de mí mismo mientras me imagino tu cuarto desde lo alto del cielo, antes de lanzarme en picado sobre tu almohada. De kamikazes que se estrellan en tus brazos y que no vuelven a despegar, ni falta que les hace. 

Te regalo el kit completo de cariño, el maletín mágico con el que jugabas de niña a maquillar muñecas y cocinar guisos de plastilina mientras yo fabricaba dinamita con el Quimicefa. 

Te regalo un cuento indeterminado sin pies ni cabeza, sin trama ni desenlace final, sin argumentos y sin actores de reparto. Sin moraleja. Y si la tiene, que sólo tú la conozcas.

Lo único que necesitas es apagar la luz, cerrar los ojos y la puerta de tu habitación, no necesariamente en ese orden. Dejar que te lea al oído, olvidarte de las facturas y del telediario. Quererme un poco más que hace cinco minutos y hacérmelo saber, de alguna manera. 

Te regalo un deseo. Llenarte de unas ganas locas de reír y de que salgas corriendo en busca de una diadema bonita para el pelo. Que necesites llamarme y te encuentres pidiéndome que apague la luz, que cierre mi puerta y entonces, empieces a leer el mismo cuento que estás leyendo ahora. Y ojalá no podamos dejar de llamarnos cada noche, para contarnos el mismo cuento. Toda una vida.

Un cuento para llevarte de viaje, y para leerle a tus hijos y a los míos, a tus nietos y a mi abuela. A las calles y a los parques. 

Te regalo un cuento sin papel de colores ni un "espero que te guste". Sin aplicar el IVA y sin descuento por pronto pago. Un cuento que habla de ti y de mí, que pueda leerse cualquier día del año, a cualquier hora, sea cual sea tu estado de ánimo o tu sabor favorito de helado.

Te regalo este cuento. 



Valoración:*****

A

Shmily

Mis abuelos estuvieron casados por más de medio siglo, y practicaron un juego muy propio y especial desde el momento en que se conocieron. El objetivo era escribir la palabra "shmily" en un lugar sorpresa para que el otro la encontrara. A cada uno le iba correspondiendo dejar "shmily" en los recipientes del azúcar y la harina para esperar a quien preparara la siguiente comida. Lo escribían en los cristales empañados que daban al patio donde mi abuela siempre nos obsequiaba budín caliente hecho en casa teñido con colorante comestible azul. "Shmily" aparecía escrito en el vapor adherido al espejo después de una ducha caliente, donde reaparecía después de cada baño. En un momento dado, mi abuela deshizo todo un rollo de papel sanitario para escribir shmily en la última hoja.

En cualquier lugar podía aparecer "shmily". En los tableros y asientos de los autos, o pegadas al volante hallaban pequeñas notas con "shmily" garabateada deprisa. Las notas aparecían dentro de los zapatos y bajo las almohadas. Escribían "shmily" en el polvo sobre la repisa de la chimenea y la trazaban en las cenizas del hogar. Esta misteriosa palabra era parte de la casa de mis abuelos como lo eran los muebles.

Me llevó bastante tiempo poder apreciar en su totalidad el juego de mis abuelos. El escepticismo me impedía creer en el verdadero amor, en que es puro y duradero.

Sin embargo, jamás dudé de la relación de mis abuelos. Su amor era firme. Era más que sus pequeños juegos de galanteo, era una forma de vida. Su relación estaba basada en un afecto devoto y apasionado que no todos tienen la suerte de experimentar.

El abuelo y la abuela se tomaban la mano cada vez que podían, se robaban besos cada vez que chocaban en su cocina minúscula. Los dos terminaban la oración que el otro empezaba y compartían a diario el crucigrama y otro juego de palabras. Mi abuela me susurraba lo hermoso que era el abuelo, lo guapo que había llegado a ser de viejo. Aseguraba que en verdad había sabido "cómo atraparlo". Antes de cada comida se inclinaban y daban gracias maravillándose de sus bendiciones: una familia maravillosa, buena suerte y tenerse el uno al otro.

Pero hubo una nube oscura en la vida de mis abuelos: mi abuela padecía cáncer de mama. La enfermedad apareció por primera vez diez años atrás. Como siempre, el abuelo estuvo con ella en todo momento. Le reconfortaba en su habitación amarilla, pintada de ese color para que siempre estuvieran rodeados de sol, incluso cuando ella estuvo tan mal que ya no pudo salir.

Ahora el cáncer atacaba de nuevo su cuerpo. Con la ayuda de un bastón y la mano firme de mi abuelo, seguían yendo a la iglesia todas las mañanas. Pero mi abuela continuó debilitándose hasta que, finalmente, ya no pudo salir de casa. Durante algún tiempo, el abuelo asistió solo a la iglesia para pedirle a Dios que velara por su esposa. Luego, un día, lo que todos temíamos finalmente sucedió: la abuela se fue.

La palabra "shmily" fue garabateada en amarillo en los listones color de rosa del ramo de flores del funeral de mi abuela. Al disminuir la concurrencia y alejarse los últimos miembros de la comitiva, mis tías, tíos, primos y otros miembros de la familia nos acercamos y nos reunimos alrededor de la abuela por última vez. El abuelo dio un paso hacia el ataúd de mi abuela y, tomando aire, tembloroso, le empezó a cantar. Entre sus lágrimas y el dolor surgió el canto: un arrullo profundo y gutural.

Además de mi propia pena, jamás olvidaré ese momento porque entonces supe que, aunque no podía imaginar la profundidad de su amor, había tenido el privilegio de atestiguar su incomparable belleza.

S-h-m-i-l-y (en inglés See How Much I Love You): Mira cuánto te amo.
Gracias, abuela y abuelo, por permitirme ver.



Valoración:*****

A

El amor y el odio


Hubo una vez en la historia del mundo, un día en el que el ODIO, que es el rey de los malos sentimientos, los defectos y las malas virtudes convocó a una reunión urgente con todos los sentimientos negros del mundo y deseos más perversos del corazón humano. Llegaron a esta reunión con gran curiosidad de saber cual era el propósito...
Cuando estuvieron todos, habló el odio y dijo: “Los he reunido aquí, a todos ustedes, porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien...” Los asistentes no se extrañaron mucho, pues era el odio quien estaba hablando y el siempre quiere matar a alguien.
Sin embargo todos se preguntaban entre sí quien sería tan difícil de matar porque el odio los necesitaría a todos... “quiero que maten al AMOR...” dijo el ODIO, muchos sonrieron malévolamente pues mas de uno le tenía ganas... El primer voluntario fue el MAL CARÁCTER quien dijo: “Yo iré y les aseguro que en un año el AMOR estará muerto, provocaré tal discordia y rabia que el AMOR no lo soportará.”
Al cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el reporte del MAL CARÁCTER quedaron muy decepcionados... “lo siento, lo intenté todo, pero cada vez que yo sembraba una discordia, el AMOR la superaba y salía adelante...” Fue entonces cuando muy diligente sé paró la AMBICION que haciendo alarde de su poder dijo: “En vista que EL MAL CARÁCTER fracasó, iré yo, desviaré la atención del AMOR hacia la riqueza y el poder, eso nunca lo ignorará...”
Y empezó la ambición el ataque hacia su victima, quien en efecto dio cabida a la ambición de riquezas y poder, pero el AMOR luchó y salió adelante y renunció a todo deseo desbordado y triunfó de nuevo...
Furioso el ODIO por el fracaso de la AMBICION envió a los CELOS quienes burlones y perversos intentaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar al amor para lastimarlo con dudas y sospechas infundadas, pero el AMOR confundido lloró y pensó que no quería morir, así que con valentía y fortaleza se impulsó sobre ellos y los venció...
Año tras año el ODIO envió a sus más hirientes amigos. Envió a la FRIALDAD, EGOISMO, INDIFERENCIA, POBREZA, ENFERMEDAD, y a muchos otros mas que fracasaron siempre porque cuando el AMOR se sentía desfallecer tomaba de nuevo fuerzas y todo lo superaba... El ODIO convencido de que el amor era invencible les dijo: “Nada que hacer el AMOR lo ha soportado todo llevamos muchos años insistiendo y no lo logramos.”
De pronto de un rincón del salón se levantó un sentimiento poco conocido, vestía de negro y con un sombrero gigante que cubría todo su rostro y no lo dejaba ver, su aspecto era fúnebre como el de la muerte... “Yo mataré al AMOR, lo mataré” dijo con seguridad, y todos se preguntaban quien era ese que pretendía hacer solo lo que ninguno había podido hacer... el ODIO dijo ve y hazlo...
Tan solo había pasado algún tiempo cuando el odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos para decirles que después de mucho esperar, por fin el AMOR había muerto todos estaban felices, pero sorprendidos, entonces el sentimiento del sombrero negro habló: “Ahí les entrego al AMOR totalmente muerto y destrozado” y sin decir mas se marcho.
Espera dijo el ODIO –en tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste, y no hizo el menor esfuerzo para vivir. ¿Quién eres?- El sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo: soy “LA RUTINA”...



Valoración: *****

sábado, 17 de agosto de 2013

El amor y la locura



El amor y la locura

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos lossentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, LA LOCURA, como siempre tan loca, lespropuso:
-¿Vamos a jugar al escondite?
LA INTRIGA levantó la ceja intrigada y LA CURIOSIDAD, sin podercontenerse preguntó:
-¿Al escondite?¿Y cómo es eso?
-Es un juego-explicó LA LOCURA, en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre, ocupara mi lugar para continuar el juego.
EL ENTUSIASMO bailó secundado por LA EUFORIA, LA ALEGRÍAdio tantos saltos que termino por convencer a LA DUDA, e incluso a LAAPATÍA, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieronparticipar, LA VERDAD prefirió no esconderse. ¿Para que? si al finalsiempre la hallaban, LA SOBERBIA opinó que era un juego tonto (en elfondo lo que le molesto era que la idea no se le haya ocurrido a ella) y LACOBARDÍA prefirió no arriesgarse…
- Uno, dos, tres… comenzó a contar LA LOCURA.
La primera en esconderse fue LA PEREZA, que como siempre se dejo caer tras la primera piedra del camino. ENVIDIA se escondió tras las sombras del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol mas alto.
La GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos… ¿un lago cristalino? Ideal para LA BELLEZA; ¿La hendija de un árbol? Perfecto para la TIMIDEZ; ¿El vuelo de una mariposa? Lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD; ¿Una ráfaga de viento? Magnifico para LA LIBERTAD. Así termino por ocultarse en un rayito de sol.
EL EGOÍSMO, en cambio encontró un sitio muy bueno desde el principio,ventilado, cómodo… pero solo para él.
LA MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris) y LA PASIÓN y EL DESEO en el centro de los volcanes. EL OLVIDO… se me olvido donde se escondió… pero no es lo importante. Cuando LA LOCURA contaba 999,999, EL AMOR aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado… hasta que diviso un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores.
- Un millón- contó LA LOCURA y comenzó a buscar.
La primera que encontró fue la PEREZA solo a tres pasos de una piedra.Después se escucho a LA FE discutiendo con Dios en el cielo sobre teología y a LA PASIÓN y EL DESEO los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a LA ENVIDIA y claro, así pudo deducir donde estaba EL TRIUNFO.
EL EGOÍSMO no tuvo ni que buscarlo. El solito disparado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a LA BELLEZA y con la DUDA resultó más fácil, pues la encontró sentada sobre una serca sin decidir aun de que lado esconderse.
Así fue encontrando a todos, EL TALENTO entre las hierbas frescas, a LA ANGUSTIA en una cueva oscura, a LA MENTIRA detrás del arco iris… (mentira, si ella se había escondido en el fondo del océano) y hasta elOLVIDO… que ya se había olvidado que estaba jugando al escondite,pero solo el AMOR no aparecía por ningún sitio.
LA LOCURA busco detrás de cada árbol bajo, cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y sus rosas… y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido los ojos al AMOR; LA LOCURA no sabía que hacer para disculparse, lloró, rogó, pidió perdón, imploró y hasta prometió ser su lazarillo. Desde entonces; desde que por primera vez se jugo al escondite enla tierra:
EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE LO ACOMPAÑA.


Valoración:*****


A

    Bienvenido!

    Este és el nuevo blog donde podrás consultar las historias más apetitosas para leer, todas con un valor detrás que te hará reflexionar.
    Esperamos que hos guste!







    A&N